La cocina es el corazón de la casa. De hecho, hay muchas citas sobre la cocina que nos inspiran: “Besa al cocinero”, “Buena comida, buen humor”, “Nada une a la gente como la buena comida”, “Una cocina desordenada es señal de felicidad” y “¡La felicidad es cocinar juntos!”

Pero ¿cuánto tiempo pasamos realmente en la cocina? Una encuesta reciente realizada a 2.000 personas de diferentes culturas encontró que la persona promedio pasa alrededor de sesenta y siete minutos al día en la cocina, más de 400 horas al año (1). Muchos de los encuestados compartieron sus recuerdos de cocinar con miembros de su familia y compartieron recetas queridas que todavía se disfrutan hoy en día.

¿Cómo afecta el tiempo en la cocina para preparar la comida a las personas con cáncer? ¿Qué pasa si la fatiga es un problema que limita los esfuerzos para cocinar? Las horas de citas con el médico, los análisis de laboratorio y el tratamiento del cáncer le quitan tiempo a su capacidad para estar en casa. Además de gestionar las relaciones personales, una carrera y otras actividades diversas, la carga de un diagnóstico de cáncer añade una gran cantidad de agotamiento. Lo último que los pacientes quieren hacer es volver a casa con más tareas que completar.

Hay recursos disponibles para ayudarle a mantener una dieta saludable durante su trayectoria contra el cáncer. Los pacientes con cáncer y sus familias suelen valorar los trenes de comidas y los servicios de entrega de comidas. Cuando estos no están disponibles para usted, existen soluciones o trucos de cocina que puede utilizar para ahorrar energía y tiempo en la cocina, pero aún así disfrutar de opciones de alimentos saludables.

¡Congelarlo!

Cuando le sobran pasta de tomate, salsa gravy y jugos, colóquelos en una bandeja para hielo. Las carnes, frutas y verduras cocidas se pueden congelar y descongelar en una fecha posterior para las comidas. Congele durante la noche y coloque los cubos en bolsas para congelar para usarlos en sopas, batidos, guisos y quiche. Esto ayudará a conservar sus alimentos por más tiempo y le brindará opciones rápidas para preparar al alcance de su mano.

¡Equípate!

Existen herramientas y utensilios que pueden realizar una doble función o ahorrar esfuerzo al cocinar. Se pueden utilizar pinzas de cocina para exprimir limones. Puede cortar queso, huevos duros y tofu firme presionándolos a través de una rejilla para enfriar de malla de alambre. Cubra las bandejas para cocinar con papel de aluminio antiadherente para evitar que las proteínas y verduras se peguen mientras se asan en el horno. Rocíe aceite en aerosol sobre las cucharas medidoras y los ralladores de queso para evitar que los ingredientes se peguen (y también para facilitar la limpieza). Coloque las hojas de lechuga y las hierbas en los tallos en un vaso de agua para que duren más. Coloque toallas de papel en el fondo de los recipientes de lechuga para absorber el exceso de agua y mantenerlos más frescos.

Cocina Inteligente!

Utilice atajos y trucos para ahorrar energía en la cocina. Cocine un sándwich de queso asado en una plancha para gofres (esto también usa menos grasa). Coloque ravioles congelados con salsa de tomate y queso mozzarella en una fuente para horno para cocinar la lasaña más fácil. Duplica tu receta de pasta, arroz y quinua y congela las sobras para guisos, sopas y guisos. Ponga a disposición sus moldes para muffins para cocinar productos salados y luego congele las sobras. ¡Cocina una vez, come dos veces! Mantenlo simple en la cocina cuando se trata de ahorrar tiempo de cocción. La famosa profesora de cocina estadounidense y sobreviviente de cáncer de mama Julia Child lo dijo mejor: “No es necesario cocinar obras maestras sofisticadas o complicadas: solo buena comida con ingredientes frescos”.